Patrick tiene 13 años y vive en Wawata, una aldea Rural de Benin, donde la pobreza se percibe entre el adobe de las casas como en muchos lugares de Africa. Desde hace 2 años asiste a las clases de alfabetización acelerada que la Fundación Juntos Por la Vida ofrece en la escuela que abrió para niños mayores de 10 años que no sabían ni leer ni escribir. Son los menores que habían quedado fuera del sistema educativo. Antes no estaba ilusionado por nada, pero ahora además de aprender se divierte, y está comenzando a hablar español en las clases a las que asiste los sábados.

Rosaline acaba de cumplir 10 años y estaba deseando tenerlos para poder entrar en la escuela, nunca antes había ido a clase y era su gran ilusión; quería sentarse en un pupitre, y escribir sobre una libreta. Ahora lo hace cada día. Sus ojos espabilados no dejan de sorprenderse mirando la pizarra donde se escriben cosas nuevas, y puede leer y entender las palabras que aprende. Sabe y valora muy bien el sentido de la escuela y la educación, y lo ha hecho través de un dibujo en el que ha escrito “ La escuela fuente de vida”., Su sueño, trabajar en un hospital para “curar a los enfermos”; La expresión ilusionada en su cara color chocolate lo dice todo.

Ida vive también en Wawata. Tiene tres hijos y trabaja todo el día, pero saca tiempo para acudir a talleres de formación que imparte la Fundación en el centro Alexda para llegar a tener su pequeño negocio, un taller de costura, que le permita ser “libre”. Así no tendrá que depender de un marido polígamo que se ve obligada a compartir.

Ellos y muchos otros niños y niñas y mujeres, están cambiando sus vidas en este rincón de Africa lleno de belleza, pero también de falta de oportunidades. La Fundación Juntos por la Vida de la Comunidad Valenciana está brindando esas posibilidades a través del proyecto de cooperación al desarrollo en educación infantil, empoderamiento de las mujeres y sanidad, que está realizando desde hace tres años.

Gran parte de los medios para poder financiar este proyecto salen del barrio valenciano de Ruzafa, un barrio de múltiples colores que acoge a muchos de los que llegaron desde rincones difíciles del mundo, persiguiendo también sueños y nuevas oportunidades. Allí está el Espai Solidaria , sede de la Fundación, donde cuenta con una “Charity “ o tienda solidaria de segunda mano en la calle Buenos Aires 11. De la venta de ropa, calzado y complementos, todos donados por particulares, salen los fondos que integramente llegan a Wawata. Para estas navidades las voluntarias de la organización han preparado ventas especiales solidarias con adornos y regalos navideños, además de la habitual moda sostenible, y prendas hechas con telas africanas que han sido cosidas por las mujeres de Wawata en los talleres de costura, con las máquinas de coser que la Fundación envió el pasado año. Los regalos o compras solidarias que se pueden adquirir estas navidades o en cualquier época del año, son mucho más que eso. La recaudación de todo ello sirve para hacer posible la transformación que día a día se está haciendo realidad en ese lugar de Africa.

La solidaridad de ida y vuelta de Ruzafa a Wawata.

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